Iguanario en la capital



  • Más de 50 iguanas volverán a su hábitat tras ser rescatadas.

  • Los animales silvestres decomisados por el Ministerio Público y el ICF son llevados al C-9 para que sean cuidados y reinsertados a la naturaleza.

  • Un iguanario con un diámetro de 20 metros de ancho y con capacidad para 200 reptiles posee el C-9.

  • El maltrato de animales está penalizado y lo prohíbe la Ley de Protección y Bienestar Animal.


[dropcap]“[/dropcap]Posito” y “Gaga”, dos de las 55 iguanas que están bajo la protección y cuidado del Comando de Apoyo al Manejo de Ecosistemas y Ambiente (C-9) de las Fuerzas Armadas de Honduras (FFAA) volverán pronto a la vida silvestre junto a otras especies.

Sandía, melón, repollo y lechuga son algunos de los alimentos que comen una vez al día las iguanas, informó la bióloga del C-9, Alejandra Díaz, mientras inspeccionaba a los reptiles que fueron maltratados por sus captores.

La mayoría de las iguanas y garrobos fueron decomisados en la carretera al sur del país por la Fiscalía del Medio Ambiente y el Instituto de Conservación Forestal (ICF) y serán devueltos a su hábitat el próximo noviembre.

El C-9, que cuenta con más de más de 100 animales silvestres y sus respectivas jaulas ambientadas, también posee un iguanario con un diámetro de 20 metros de ancho y una capacidad para 200 reptiles, comentó Díaz.

Arena

El ambiente donde viven los reptiles es considerado optimo, ya que se ha obtenido un efecto de reproducción efectivo.



Dentro de la jaula o iguanario del C-9 nadie puede ingresar, porque cientos de huevos están debajo la arena río en proceso de eclosión, que es el momento en que las crías de diversos animales comienzan a salir de su huevo o capullo una vez que han alcanzado el máximo nivel de su desarrollo.

Otras iguanas que están cuidadas en el C-9 fueron llevadas por personas que ya no las quieren en sus casas, porque no las pueden cuidar o que de alguna manera se enteraron del programa de entregas voluntarias del C-9 y el ICF, concluyó Díaz.

No se comen

Por su lado, la también bióloga del C-9, Lizzi Cano, lamentó que en el país se ha visto de forma tradional que las personas las hagan en sopas, asadas y en todas las formas posibles para comérselas.

Algunos hondureños piensan que los reptiles tienen beneficios afrodisiacos, pero son aislados de la realidad.


Yo sé que el consumo de iguanas y garrobos por parte de nuestra cultura es sumamente normal, porque a la gente le encanta la sopa, comérselas asadas y de todas formas, pero son animales silvestres, no se comen”

aclaró enérgicamente.


“Ellos deben de estar en libertad. No tenemos por qué comérnoslos y no apoyemos al tráfico ilegal, porque la gente que las vende las maltrata”, señaló Cano.
Contó que las personas que trafican con las iguanas les arrancan las uñas, las amarran y les costuran la boca para que no las muerdan y eso es maltrato animal, el cual está penalizado por la Ley de Protección y Bienestar Animal.

Especies distintas

Aclaró que “la gente confunde diciendo que la iguana es la hembra del garrobo y no es así, son dos especies diferentes: la iguana es verde o naranja, mientras que el garrobo es gris con rayas negras y pico triangular”.



Además dijo que hay iguanas hembras y machos y el garrobo también tiene ambos generos.

Las iguanas tienen dos aparatos reproductores y la hembra pondrá entre 10 y 70 huevos una vez al año dependiendo de su edad, ciclo reproductivo y alimentación, dijo Cano.

“En el caso de los machos, cuando tienen un proceso infeccioso en uno de sus aparatos reproductores porque se le llenó de tierra o se le golpeó, entonces tienen el otro de repuesto y les funciona de igual manera”, añadió.



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